CACHIVACHES
Quedó documentada la traición del mayor de los optimistas que, sospechosamente y sin indicios que lo predijeran, marchó de madrugada.
Un domingo de abril, según el artículo, tomó su último baño.
Según su perro, testigo fiel hasta el final, la bañera estaba medio vacía.
---
¿Verde? Carece de sentido.
Quimérico.
¿Gris? Ilusionante pero sin
permiso.
¿Negra? Al menos sería visible.
Blanca. Sí, la soledad es blanca,
como la inútil lista de la compra y las velas de coco que olvidaste.
---
No ansío conquistar el mundo, tan
sólo el escaque que tú ocupas.
---
Vivir solo.
Desayunar solo.
Domingo de sofá de costado y en
cuclillas (y solo).
Comprar comida de tres minutos en
dos.
Cenar de pie en la cocina.
Hablar solo o en compañía de
quien no contesta o no sabe.
Deshacer media cama en la noche,
estirar media sábana por la
mañana…
Cuando quieras me paras, ¿eh? O
es que también vas a dejar que muera solo entre tanta desolada redundancia.
---
Cabizbaja suena la melodía entre
las hojas del almendro. Bajo ellas, el libro queda mudo y poco a poco
desaparecen las letras, las palabras… ¿Será así el modo en el que se auto
acaricia el final, sin fanfarrias quejumbrosas ni números al pie de página?
---
De cada recuerdo saldrán dos:
Uno será el que yo escriba.
Otro, muy distinto, el que tu
leas.
De cada nuez, dos cáscaras:
Una por la que yo viva.
Otra, de la que tú reniegues.
---
¡La de versos que se perdieron
entre mis dedos creyéndome yo palmípedo! Y ahora, desmemoriado gilipollas.
---
Mi libertad acaba en los límites
de tu cama (y mi felicidad, a las siete y media de la mañana).
---
Pagan vida mis ojos por soñar con
los tuyos.
Pagan prenda mis pasos por soñar
dejar huella en los charcos.
---
No hay comentarios:
Publicar un comentario