domingo, 17 de noviembre de 2013

CACHIVACHES


Tu ausencia reverbera en mi contexto. Hoy llegó como un grito, el año que viene, con suerte, como eco. Y al otro, con más suerte, me quedaré sordo. 

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Muchas otras me lo pisaron, pero sólo tú, con la decencia intacta, miraste bajo la suela.

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El ser humano como concepto es maravilloso. Como definición, una mierda.

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En no poco tiempo los seres vivos íntegros y honestos ocuparán los museos y serán expuestos tras una cristalera como una especie extinguida. Será hermoso recordar cuando entre tu flora y mi fauna no había colores ni carteles. Pero como siempre, la cagaremos al elegir al director del museo.

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Tengo un reloj de bolsillo que no enfrenta horas con retratos. Y sus huellas, cada vez que llego tarde, me recriminan que vaya dos pasos detrás de ella.

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Me molesta la gente que en lugar de saber, habla; peor aún, dice.

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Hoy, por fin, encontré trabajo. Sustituto de príncipe. Emocionado y eufórico, hasta que leí la letra pequeña. Sólo sustituyo al susodicho los días que se levante convertido en un elegante y asqueroso sapo. Y el sueldo, ya saben, en especias.

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El peor enemigo de la felicidad es la costumbre. Uno se acostumbra a vivir sin ella y luego no la reconoce.

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A estas alturas de temporada, lo más probable, es que lo mejor que me tenga que pasar en la vida o no se acuerde de nuestra cita o se haya quedado dormida.

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Existe un punto en toda vida en el que mirar hacia delante aburre tanto como hacerlo hacia atrás. Por eso no dejes nunca que la inmadura sombra que en la mañana llevas delante se convierta en la carga irreconocible que en la tarde llevas detrás.

domingo, 10 de noviembre de 2013

CACHIVACHES


Se subestima la tristeza los días soleados. Craso error: si la lluvia la acrecienta, el sol la revitaliza.

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Tengo el sentido del tacto empeñado en tus resquicios, el oído embriagado en lo que fueron tus pasos, el olfato jugueteando con el aroma de tu sombra y la vista nerviosa y soñando bajo los párpados. El gusto por tanto, es tuyo.

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Estoy buscando mis gafas, el problema es que no veo sin ellas. Así que, si la ven en cualquier rincón perdido de la existencia díganle, por favor, que la estoy buscando desde la mía.

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Sigo viviendo anclado en el dónde, torturado por el cabo suelto del por qué y todo por no presentir el cuándo y sufrir caducado el cómo.

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Cuantos errores cometemos por miedo a equivocarnos.


sábado, 9 de noviembre de 2013

CACHIVACHES


A cierta edad prescriben las heridas. Y las arrugas a la experiencia y la experiencia al tiempo; en él convivimos expectantes bajo la singladura de sus juguetonas manecillas como gigantescas cicatrices de fuego y arena asustadas del agua. Pero sólo en este número, hasta el próximo giro, después, todo es eterno.

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Me gusta terminar mis cartas como si empezáramos una conversación infinita.

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Ayer me tragué mis principios. Hoy ya me puedo bañar.

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Creo, por experiencia, que tras la hoguera apenas quedará nada. Ni cenizas ni humo. Sólo frío, mucho frío.

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Tengo un cuerpo incoherente con sus definiciones, un alma paralelamente opuesta a su espíritu y un pequeño corazón lleno de un gran vacío.

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Hasta el latir de los párpados teníamos sincronizado. Una lástima que al cruzarnos estuvieran cerrados.

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Tú no lo sabes, pero eres la musa ausente de mis palabras. El eco vespertino de mis sueños y, al despertar, la mirada fija en el suelo sin un recuerdo con el que construir el día.