domingo, 20 de octubre de 2013

CACHIVACHES


Algo que sin serlo ya fue.
Un eco sin espejo. Un reflejo sin voz.
Eso fuimos tú y yo.

*

Hoy, que el tiempo no me duele, leo tus versos de mi propia letra y sonrío. Qué lejos queda ya la tinta con la que se escribieron. Es por eso que sonrío.

*

Llueve y al otro lado del cristal se vislumbra la respuesta en dos gotas de agua que como dos mitades de un mismo culto caen a golpes, dichosas uniendo sus pestañas y suenan clavicordios a su paso. A éste lado, la tormenta. Silencio. Qué hermoso debe ser coincidir.

*

En los pentagramas indelebles de mi pecho ella escribió el réquiem de la libertad eterna.

*

Al caer desde lo alto de la torre se volvió un iluso.
Del rostro pasó a la sombra.
De los versos a la métrica y del corazón al nombre.

*

En esta noche de otoño menguante corre el insólito rumor por mi cuerpo de que en el tuyo vuelve a ser primavera creciente. ¿Qué cosas, verdad? Y yo pensando que estaba extinguida. Y era yo.

*

En un otoño florido bajo la tempestad soleada de una noche se lo merendó el tiempo. Distraído, sobre la hierba de mármol, jugaba con otras sombras y sin hambre que lo reclamara se le olvidó resucitar.

*

Entre aromas extintos y adverbios de tiempo me pregunto si entre ambos aún no existe un todavía y antes de abrir los sueños me aferro a esa posibilidad dogmática como una piedra volcánica a un candente quizá.

*

No pienso en el horizonte por no ver el mañana y mientras el verdugo acecha a la más sensible de mis manos la tentación cuadrada duerme expectante a mi lado.

*

De mal grado acepta mi interior el tuyo. Mortecino, como el arrabal de una ciudad fantasma cuyo algoritmo muere en la base unitaria de tu boca; fuimos una ecuación inexistente como las cosquillas de una estatua. 

*

En el borde de la estantería suena un clamor de gritos y desesperanzas: son fotografías rasgando el vacío.  ¿Qué pasó?, me preguntan. Egoístas somos. ¿Por quién vivirán ahora? 

*

Sentarse a la sombra de un vacío ilegal, sobre la mullida hierba de un universo cretino y visceral. Creer como absoluto lo que el eco regaña a las parejas en el jardín botánico; la rabia de no ser nos, sin olvidar el pasado y desdeñando el futuro de un presente caduco. 

*

Aléjate del verbo y la muerte se será cuerpo.

---------------





No hay comentarios:

Publicar un comentario